Giunta franquea la cerca de un salto y reanuda su desesperada carrera. Ahora elude las zonas transitadas, camina deliberadamente por las calles de tierra. No puede evitar un encuentro, sin embargo. Son tres muchachos parados en una esquina, que lo miran pasar con curiosidad. Con voz entrecortada les cuenta algo de lo sucedido y les pide dinero, aunque sea unas monedas para tomar cualquier medio de transporte y alejarse de ese infierno. En esos noctámbulos encuentra un corazón menos duro. Uno le da un peso, otro un billete de diez. Giunta mira con asombro al empleado de la estación Chilavert, que le pregunta para dónde. No tiene la menor idea. No sabe siquiera dónde está. Debe ser todo un espectáculo este hombre de ojos desencajados, pelos de punta y rostro cubierto de sudor en esta noche helada, que pide un boleto y no sabe con qué destino”. La escena, magistralmente narrada en Operación Masacre, de Rodolfo Walsh, ocurre en un basural de José León Suárez, en 1956, y trata sobre los fusilamientos a civiles, masacrados antes incluso de que fuera dictada la ley marcial.
Benavídez, 54 años después. Matías Berardi (16) escapa como Giunta. Corre por las calles de tierra de un barrio que no sabe si es barrio, si es pueblo, si es ciudad. Corre y va pidiendo ayuda, como Giunta, pero con distinta suerte. Acaba de zafar, acaba de escaparse de la casa en la que lleva secuestrado más de doce horas. Matías corre por la calle Patricios, y grita desesperado. Todavía no sabe en qué punto de la provincia está, cuánto le falta para regresar a su casa. Minutos antes saltó una medianera que lo dejó en una casa lindera. De allí salió a la calle, a la libertad. Ve un kiosco, se acerca. Del otro lado del mostrador hay una señora mayor que al verlo prefiere cerrar las rejas con llaves. En Benavídez parece haber gente con corazones más duros que en Suárez, 50 años atrás. Matías corre a los gritos, desencajado. Son las ocho de la noche del martes y sabe que sus captores lo vienen siguiendo, y encuentra un auto estacionado, un remís, con el conductor adentro, que también se asusta y se niega a llevarlo.
Carlos Alhadeff es médico especialista en psiquiatría y psicología médica y autor del libro Miedo al miedo. Cree que es llamativo lo asustada que está la gente y cuenta que la mayoría de las consultas tienen que ver con el tema. “El caso de los vecinos es un claro ejemplo de lo que generan los medios de comunicación –dice Alhadeff–. Especialmente los noticieros de televisión.
Fuente: Matías Berardi, una víctima del delito
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martes, 15 de marzo de 2011
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