Por: Enrique Quarleri
La noche no venía bien.
Brenda Solange Guerault había discutido otra vez con su novio, el oficial de la Policía Bonaerense Maximiliano Villarda, durante la cena en la casa de él en Temperley.

Brenda decidió irse, pero como no había remises llamó a su hermana, quien le pidió a Pablo Díaz, un amigo de la familia, si podía ir a buscarla.
Díaz pasó por la casa de Villarda en su Renault Clío y se fueron juntos.
Como la joven estaba muy nerviosa, el amigo decidió llevarla a dar una vuelta en auto para tranquilizarla antes de dejarla en su casa.
Cerca de las tres, llegaron a la vivienda de Caxaraville 4998, de Villa Domínico, en Avellaneda, y mientras Brenda se despedía de Díaz, el Fiat 147 de Villarda estacionó detrás de ellos.
En ese momento, el novio se bajó y se dirigió al coche de Díaz llevando su arma reglamentaria en la mano y a la vista de todos. Con total frialdad, le disparó un tiro a su novia, el proyectil le entró de lleno en el ojo y le produjo la muerte al instante. Luego baleó a Díaz en la cara, tras lo cual caminó unos metros e intentó suicidarse de un disparo en la cabeza.
Fuente: Tiempo Argentino
Uno se pregunta:
1) Si Maximiliano era celoso ¿no era una provocación que 'un amigo' de Brenda la fuera a buscar?
2) Si la relación estaba tensa, ¿podían "perderse" varias horas "dando una vuelta"?
3) La cena habrá terminado a las 11 ó 12 de la noche. ¿Que puede suponer un 'celoso' que estuvieron haciendo Pablo y Brenda si llegaron a las tres de la mañana? (1 turno= 2 horas).
4) ¿Que tan efusiva sería la despedida? ¿Que vió el novio desde su Fiat? ¿Se estarían dando la mano o algo distinto?
5) ¿Será resultado de un accionar irresponsable?
- Esto no justifica el desenlace, pero puede arrojar luz sobre comportamientos sin medir las consecuencias.
En otro hecho, un oficial retirado de la Policía Federal, César Fernando Hounau, de 56 años, llegó a su casa de Alemania 515 de El Talar, en Tigre, y encontró a su esposa, Miriam Gladys Illobre, de 47 años, con su amante, Darío Oscar López, de 55.
El ex policía sacó su arma reglamentaria y mató a su esposa de seis tiros y de diez a López. Tras cometer el crimen, Hounau llamó a su hija y le confesó el hecho.
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