jueves, 25 de junio de 2009

Chistes varios

Diario de una pareja

Diario de ella:

El domingo por la noche lo encontré raro. Habíamos quedado en un bar para tomar una copa. Estuve toda la tarde de compras con unas amigas y pensé que era culpa mia, porque llegué un poco tarde, aunque él no hizo ningún comentario.
La conversación no era muy animada, así que le propuse ir a un lugar más intimo para poder charlar más tranquilamente.
Fuimos a un restaurante y el seguía portándose de forma extraña. Estaba como ausente. Entonces pensé que sería culpa mía por el retraso, o quizás algo más serio rondaba por su cabeza.
Le pregunté y me dijo que no tenía nada que ver conmigo. Pero no me quedé convencida.
En el camino de regreso a casa, en el coche, le dije que lo quería mucho y el se limitó a pasarme el brazo por los hombros, sin contestarme. No se como explicar su actitud porque no me dijo que él también me quería.
Llegamos por fin a casa y en ese momento pensé que quería dejarme. Por eso intenté hacerle hablar, pero encendió la tele y se puso a mirarla con aire distante, como haciéndome ver que todo había acabado entre nosotros. Por fin desistí y le dije que me iba a la cama.
Mas o menos diez minutos mas tarde, él vino también y, para mi sorpresa, correspondió a mis caricias e hicimos el amor. Pero seguía teniendo un aire distraído.
Después quise afrontar la situación , hablar con él cuanto antes, pero se quedó dormido. Empecé a llorar y lo hice durante horas hasta que quedé dormida.
No se que hacer. Estoy casi segura que sus pensamientos están con otra mujer. Mi vida es un autentico desastre.

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Diario de él:

Perdió Boca. Al menos me eché un polvo.



Eclesiásticas

Un cura aficionado a la ornitología tenía doce pájaros.
Todos los días los soltaba para que volaran y éstos siempre regresaban a sus jaulas.
Pero un día sólo regresaron once, así que el sacerdote, decidido, en la misa del domingo preguntó:
- ¿Quién tiene un pájaro?
Todos los hombres se levantaron.
- No, no me expliqué bien. ¿Quién ha visto un pájaro?
Todas las mujeres se levantaron.
- ¡No, no! Lo que quiero decir es: ¿quién ha visto mi pájaro?
Todas las monjas se levantaron.



La receta

Una dama entra a una farmacia y le pide al farmacéutico:
-Por favor, quisiera comprar arsénico.
Dado que el arsénico es muy tóxico y letal, el farmacéutico quiso saber más datos antes de proporcionarle la sustancia.
-¿Y para qué quiere comprar arsénico señora ?
-Para matar a mi marido.
-¡Ah, caramba! Lamentablemente para ese fin no puedo vendérselo.
La mujer sin decir palabra abre la cartera y saca una fotografía del marido teniendo sexo con la mujer del farmacéutico.
-¡Mil disculpas!, -dice el farmacéutico- no sabía que usted tenía receta.

En el cielo

Un anciano judío muere y al encontrar a Dios en el paraíso, le cuenta su vida.
-Lo peor que me ha pasado es que mi hijo se convirtió al catolicismo.
-A mí también me pasó lo mismo -contesta Dios.
-¿Y qué hiciste?, pregunta el Judío.
-Un nuevo testamento.

Poder o no poder, esa es la cuestión

Un conocido y anciano lord inglés reunía a sus amistades a tomar el té, a la hora señalada todos los martes de cada semana, en su palacio de Bloodshire.
Cierto martes, el puntualísimo caballero no apareció y los invitados estaban intrigados. En cierto momento apareió el mayordomo y dijo a los presentes, con típico "british accent":
-Señores, Milord les pide disculpas por la demora y les anuncia que después de mucho tiempo, se ha reencontrado con su vieja y querida amiga Lulú, de París. Dice que si puede, dentro de dos horas estará con ustedes, y si no puede, dentro de diez minutos. Muchas gracias.

El eterno entrometido

Un Gerente está con un paquete de hojas frente a la trituradora de papeles.
Se le ve desconcertado, mira por un lado, mira por el otro.
En eso pasa un empleado y muy amablemente le dice:
- ¿Le ayudo?
El Gerente, agradecido, contesta:
- Muy amable, parece ser que me quedó grande la tecnología.
El empleado, muy diligente, toma el paquete de papeles, los coloca en una ranura, y se oye el sonido de los papeles cuando se hacen trizas. El empleado le dice al Gerente:
- ¿Ve que fácil?
y el Gerente pregunta:
- ¿Y por dónde salen las copias?

Paisano condescendiente

Llega un paisano al bar del pueblo y deja atada su perra a un árbol.
Al instante una jauría de perros se arremolina a su alrededor tratando de conquistarla.
En medio de un concierto de ladridos, gruñidos, mordiscos y aullidos, un policía entra al bar y pregunta por el dueño de la perra.
El paisano, que se estaba tomando un vaso grande de ginebra, levanta la mano y dice: "yo".
- Su perra está alzada, le dice el policía.
- No puede ser, yo la dejé en el suelo, responde el paisano.
- Quiero decir que está en celo, insiste el policía.
- No puede ser, yo jamás le di motivos, ni siquiera miro a otras perras.- contesta el gaucho sediento.
- Digo que está caliente, ¿me entiende?
- No, no lo entiendo, me cercioré de dejarla a la sombra.
Exasperado, el policía exclama :
- Óigame, su perra quiere tener sexo.
El paisano le responde :
- Pues ¡Adelante m'hijo! Siempre quise tener un perro e'policía.

Aparentando

Un joven abogado, acabado de graduar del colegio de leyes y comenzando su primer día en el trabajo, se sentó en la comodidad de su nueva oficina dando un gran suspiro de satisfacción.
Había trabajado duro por mucho tiempo para saborear ese momento.
Entonces, notando un posible cliente que se acercaba a su puerta, comenzó a parecer ocupado y enérgico. Abrió su libreta tamaño legal y con su pluma de escribir en mano, tomó el teléfono, lo sujetó con su barbilla, y comenzó a escribir con rapidez mientas fingía que hablaba con alguien importante diciendo:
-Mira Larry, en cuanto a ese trato de fusión, pienso que mejor me llegó a la factoría y lo manejo en persona. Sí. No. No pienso que tres millones de dólares lo logren. Mejor hagamos que Smith, de Los Ángeles, se reúna con nosotros allí. Está bien. Te llamo más tarde.
Colgando el teléfono, colocó la pluma en el escritorio, levantó la mirada a su visitante, se puso de pie, le extendió su mano y le dijo con la voz más cortés y llena de confianza que tenía como abogado:
-Buenos días. ¿Cómo puedo ayudarlo?
El posible cliente respondió:
-En realidad, solo estoy aquí para conectar su teléfono.

El señor de los ronquidos
Cuento con moraleja

Llega un fulano una noche a un hotel y pide una habitacion.
El encargado le dice que solo tiene una cama, en un cuarto compartido, pero que nadie la quiere, porque el otro huesped ronca muy fuerte.
El fulano, por estar demasiado cansado le responde que no hay problema y decide compartir la habitacion.
A la mañana siguiente, el encargado pregunta si durmió bien.

-Perfectamente, ¡muchas gracias!
-¿Y el señor de los ronquidos?
-Apenas entré en la habitacion le di un beso en la boca y después de eso, él se pasó toda la noche con los ojos abiertos y ¡con el culo pegado a la pared!

Moraleja:
No hay grandes problemas, sino grandes soluciones.

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