domingo, 17 de mayo de 2009

De Narvaez deja ver sus marcas

TATUAJE INDELEBLE

De Narváez recurrió al abogado emblemático del menemismo, Mariano Cúneo Libarona, para intentar apartar al juez de la causa de la efedrina. Asombrosamente, ahora comparte el abogado con el principal acusado, el llamado “rey de la efedrina”. Para complicar más el panorama, una denuncia penal presentada en Mar del Plata sostiene que la mayoría de las empresas del candidato no tienen existencia real y son estructuras creadas para eludir al fisco.
Desde un teléfono del filántropo colombiano que el 28 de junio aspira a renovar su banca como diputado nacional por la provincia de Buenos Aires se realizaron tres llamados a Segovia/Benítez, un nexo que De Narváez no ha podido explicar hasta ahora en forma satisfactoria y prefiere atribuir a una campaña del gobierno nacional, para lo cual tiene que pasar por encima de la cronología de los hechos. Cúneo Libarona también es abogado de otro colombiano, Rodrigo Alberto Galvis Carmona, cuyo hijo Juan Sebastián Galvis Ramírez, fue asesinado de catorce disparos mientras hacía compras en Unicenter de Martínez en junio del año pasado. De Narváez sostiene que no conoce a Segovia/Benítez, aunque admitió que las llamadas se hicieron desde un teléfono que le pertenece y que estaba en poder del peón de su estancia Danilo Coronel. La semana pasada entregó al juez federal de Zárate-Campana, Federico Faggionato Márquez, un acta notarial y un DVD casero, en el que también Coronel niega conocer a Segovia/Benítez e insinúa que pudo prestarle el aparato a alguien, que no menciona. “Con el señor Francisco de campaña, no puedo andar boludeando con el teléfono”, dice. Curioso: la primera llamada a Segovia/ Benítez se realizó el 25 de junio de 2006, cuando De Narváez no estaba en campaña porque había sido electo pocos meses antes; Benítez estaba preso en Sierra Chica, Segovia usaba el documento de identidad del preso y no había sido identificado como infractor a ninguna ley penal. Recién lo fue en agosto de 2006, cuando la Aduana secuestro en el puerto de Buenos Aires un cargamento de 17 toneladas de CD y DVD de contrabando. Las llamadas desde el teléfono de De Narváez fueron informadas en julio de 2007 por la empresa de comunicaciones Nextel al juez en lo penal económico Ezequiel Berón de Astrada, que investigaba ese delito. El vocablo efedrina aún no había ingresado al dominio público.

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