miércoles, 29 de abril de 2009

Regresando a la Edad Media

Pandemia y la falsa ira divina


El temor a los efectos devastadores de epidemias ha estado presente a lo largo de toda la historia de la humanidad. Desde tiempos inmemoriales hemos sido azotados por epidemias que causaron catástrofes demográficas; desde la prehistoria han abundado explicaciones extravagantes, llenas de mitos, sólo hacia mediados del siglo XIX comenzó a aclararse la etiología de las enfermedades infecciosas, es decir, el conocimiento del papel patogénico de los microorganismos, y el descubrimiento de la coevolución del ser humano con los agentes patógenos.

La información sobre las epidemias en el mundo antiguo y en la Edad Media es poco clara, tanto en lo referente a la población de las áreas afectadas por las plagas, como respecto al número de víctimas. Ya el Libro de los Reyes de la Biblia alude a una catástrofe que se suscitó entre las tropas asirias que sitiaban a Jerusalén, en el siglo VIII aC; sin embargo, la gran pandemia del mundo occidental se desata durante el siglo XIV, cuando Europa se vio azotada por pestes y hambrunas. Falleció entre un tercio y la mitad de la población europea a causa de la peste negra, llamada así por las manchas oscuras que anunciaban su presencia. Ahora sabemos que la enfermedad era peste bubónica. Para la población eran signos de muerte, de rebeliones populares y de castigos por pecados cometidos, personales y colectivos, lo cual se traducía en pesimismo y desesperanza.

Las dimensiones de la catástrofe crearon la convicción de que la peste era un castigo divino por los pecados de la humanidad. Unos perdieron la fe, otros se entregaron a fanatismos y excesos religiosos. Muchos se unieron a los flagelantes, que creían purgar sus pecados y escapar al castigo del juicio final, golpeándose con látigos.

En el campo cultural se impuso una fascinación morbosa y grotesca por la muerte; abundaban los malos augurios, las profecías catastrofistas y predicciones apocalípticas. El historiador medievalista Georges Duby nos narra en su libro Año 1000 cómo el arte y la literatura se impregnan de lo macabro, así como la multiplicación de las imágenes trágicas de la confrontación con la agonía y danzas de la muerte.

La crisis de influenza en México ha estimulado ansiedades de miles de personas. Ya antes habían sido rehenes de las noticias cotidianas que dan cuenta de la violencia de la guerra contra el narcotráfico, la crisis económica y la inseguridad cotidiana que padecemos cotidianamente los ciudadanos.

Desde el pasado viernes 24 de abril, la ciudad de México ya no es la misma. Una de las más grandes megametrópolis del mundo, tan habituada a la vida agitada, llena de tráfico, de contrastes sociales, de inseguridad y personas apresuradas, parecía sobrevivir a todo; hasta el tedio político de dirigentes profesionalizados en pugnar y atacarse en rituales endogámicos. Sin embargo, el anuncio de la potencial amenaza pandémica del virus influenza porcina ha venido a cambiar el rostro y ánimo de una ciudad que históricamente había soportado hasta terribles desastres naturales como los terremotos.
Como consecuencia del miedo y angustia al contagio, surgieron imágenes inéditas en nuestra ciudad: tapabocas, calles y avenidas desiertas, teatros, cines y estadios vacíos, restaurantes sin servicio, hospitales llenos; habitantes de miradas fijas, rostros preocupados y una serena intranquilidad.

Empero, hay otro tipo de epidemias estampadas por la estupidez, la ignorancia e intolerancia. Han empezado a circular, en algunos grupos cristianos y católicos, interpretaciones que reciclan viejas nociones del castigo divino; sustentan que se ha despertado la ira de Dios como guía de razonamiento en torno a la acechante atmósfera endémica que nos ha invadido.

Según ellos, vivimos una punición aterradora, fruto de los excesos y colosales pecados cometidos por el conjunto de la sociedad. En blogs se pueden apreciar elucidaciones sobre la preocupante situación actual; se evocan pasajes de la Biblia, como el libro de Apocalipsis, donde Juan narra visiones de jinetes apocalípticos que traen muerte, hambruna, destrucción y plagas.

Me llamó la atención la pequeña procesión que se realizó el domingo pasado en la catedral metropolitana, que después de tres siglos se saque a las calles al Cristo de la Salud, protector de pestes y desastres naturales.

Grupos de la llamada derecha confesional señalan coincidencias, justo a dos años de que la Asamblea Legislativa del Distrito Federal aprobó la interrupción del embarazo, causando según ellos, más de 22 mil abortos, dicha concomitancia puede interpretarse como una señal del desagrado de Dios al atrevido atentado de los legisladores de esta ciudad para quebrantar la vida sagrada de inocentes.

Fundamentalismos, salvacionismos, maniqueísmos e intransigencias pueden resurgir, aprovecharse del actual clima de incertidumbre para persuadir y predicar que estamos sometidos a la anarquía del mal, ya que las costumbres y los hábitos morales se han relajado, y además porque se han desafiado las leyes de la naturaleza e incumplido los códigos de Dios. Hay que estar atentos con evangélicos neoapocalíticos y con el ayatolismo católico que ventajosamente quieran sacar raja de la emergencia actual, pretendiendo colonizar ansiedades sociales.

A los gravísimos problemas que enfrentamos no incrementemos el contagio del oscurantismo fanático, aquel impregnado por los pesimismos, la amargura y el reproche de que todo lo actual está mal por principio. Ya no estamos en la Edad Media, cuando, además de las pandemias, se propagaban los virus de las supersticiones, los malos augurios y los sentimientos de culpa. Grandes males aquejan nuestra nación como para sumarle las patologías religiosas de aquellos que invocan la ira de Dios.

Textos relacionados:
La OMS declaró "inminente" a la pandemia


lunes, 27 de abril de 2009

Inseguridad - Venta de armas.

Armas especiales
También apropiado para piqueteros agrogarcas y políticos opositores a gobiernos electos.
Recomendado para votantes de Carrió, Macri, Solá o De Narváez.

lunes, 20 de abril de 2009

Editorial de Lanata en DDT

El viernes 17 de abril de 2009, Lanata comenzó el programa leyendo una carta (real o no, poco importa) y editorializó al respecto. Comenzó diciendo:

“…mi hijo fue apuñalado por dos menores que portaban una faca. Él quería conocer un lugar bailable de Costa Salguero, con su novia, cosa que no llegó a hacer.
Lo sucedido ocurrió en un tramo de tres cuadras entre la parada del colectivo y el lugar en cuestión, zona custodiada supuestamente por la guardia urbana, a quienes vieron al bajar del micro.
En un momento dado se le acercaron dos menores de edad, uno de los cuales lo intentó agarrar de la manga de la campera diciéndole: –Pará, pará…, mientras que en la otra mano portaba algo escondido que intentaba clavarle en el abdomen.
No lo consiguió inmediatamente porque por suerte él tenía los reflejos, aprendidos cuando era chico, practicando aikido. Cuando uno de ellos se abalanzó hacia la novia, que había tomado distancia, presa de un ataque de nervios, él se desesperó para defenderla a ella; quedando de espaldas a quien finalmente lo tomó y le clavó algo entre la costilla flotante y el esternón, donde por suerte no tocó ningún órgano vital.
Finalmente le sacaron la cartera a la chica, que solo tenía adentro un celular común, el documento y 11 pesos. Al quedar solos, en medio de la desesperación por estar bañado en sangre y conocer sobre las posibles consecuencias de una puñalada de esas, intentaron pedir ayuda a quienes pasaban por la avenida en coche, pero ninguno frenó, cosa que entiendo porque uno no sabe si es un truco para hacerlo parar y asaltarlo, o no.
Lo que no entiendo es que haya pasado una camioneta con muchos jóvenes muy alegres, quienes se burlaban y reían de verlos en esas condiciones. Por último hubo un taxi que paró, pero les dijo que solo podía llevarlos al hospital si tenían plata. Si les habían robado todo, él no los podía llevar gratis. Como algo de dinero les había quedado, pudieron subir y tuvieron que buscar un policía en algún lado para que se hiciera responsable de la situación, y terminó la odisea en el Hospital Pirovano, donde fue excelentemente atendido y contenido, y a quienes agradezco enormemente.
Yo quiero decirles a quienes nos gobiernan que las personas comunes no necesitamos que los noticieros nos cuenten esas terribles cosas que pasan todos los días, porque no nos influye verlo repetido 20 veces al día, porque no somos tarados y nos damos cuenta que fue un solo hecho. Lo que nos da la gran perspectiva es lo que nos ocurre a nosotros mismos y a nuestros vecinos todos los días, y eso no lo cuenta nadie o a nadie le interesa. Es cruel plantearse si uno trabajó 22 años equivocadamente, de haberle enseñado a un hijo a lucharla, a intentar progresar por esfuerzo propio, a sobreponerse a las situaciones, para terminar pensando que tal vez eso no tenía valor, que a la sociedad no le importan los sacrificios, no le interesa que tipo de gente, no alentarlo a estudiar y sí a juntarse en las esquinas, a tomar cerveza y a drogarse. Y tal vez, si se hace delincuente andaría con más de 20 pesos en el bolsillo.
No pido pena de muerte porque estoy a favor de la vida. No pido más policías en la calle porque lo que debe haber son menos delincuentes. Que el comete un delito pague su deuda con la sociedad tenga el color político que tenga y venga de donde venga. Que pertenecer a una supuesta privilegiada clase media, no sea mal visto, sino que incluya cada vez a más gente. Elegir correctamente a los dirigentes y, por sobre todo, tener memoria, pero larga.”

Y luego, Lanata, dice:
El programa de hoy tiene que ver con eso, porque más allá de lo pintoresco de que se encuentren Peña y D’Elía, más allá de la pelea que tuvieron, esta idea se nos ocurrió por otra cosa, se nos ocurrió a partir del muro de Posse.

Cuando discutimos en la producción que vamos a hacer con el tema del muro, dijimos traigamos a D’Elía y a Peña, como si dijéramos traigamos un vecino de Villa Jardín y a uno del otro lado, traigamos a un concheto de San Isidro y traigamos a un tipo de clase media baja o baja.
D’Elía y Peña están, cada uno, de un lado de un muro.
Y es de ese muro, que hablaremos esta noche.
Es un muro social que lleva, siempre, separando las clases medias de los pobres, a los gays de los heterosexuales, a los universitarios de los trabajadores, a los rubios de los morochos, a los europeos de los sudacas, a los peronistas de los gorilas… Hay un muro. Pero el muro no es físico, no es como el de Posse, es un muro que tenemos en la cabeza.
¿Con quien te preferís casar con un obrero inglés o un obrero boliviano?
Ese muro lo tenemos en la cabeza.
Un negro corriendo ¿es un ejecutivo haciendo jogging o un arrebatador que escapa de la cana?
¿Un rubio es más lindo?
¿Los de ojos celestes son más confiables?
Yo tengo ojos celestes, pero me los tapo porque si no, ya, afano. (Risas).
Yo dije ¿cómo puedo hacer para no afanar, así, tiempo completo? Y entonces me puse lentes de contacto negros.
¿Qué quiere decir “buena presencia”?
¿La noche es peligrosa y el día no?
Nadie lo sabe más que yo, desde cuando Duhalde hablaba de prohibir la noche; porque las grandes cagadas se hacen de día.
Los acuerdos con el Fondo Monetario se firman de día, los decretos de los ministros se firman de día. La noche está llena de desesperados, pero no de hijos de puta de traje, que son los que deciden las cosas.
¿En la villa nadie labura?, lo que te falta a vos ¿lo tiene otro?, ¿existe la plusvalía?, ¿nos gusta laburar?, ¿somos confiables?, ¿los alemanes son ordenados y nosotros incorregibles?, ¿los suizos son tipos serios y ordenados o viven en el paraíso de la guita negra?

Ahí tenemos el muro.

¿El resentimiento es una fuerza negativa? ¿los negros hieden, huelen distinto?, ¿los coreanos trabajan?, ¿los árabes traicionan?, ¿los judíos son avaros?, ¿los gordos son alegres?, ¿los chinos nos quieren dominar?, ¿somos, nosotros, menos que los yankis?.
Esta noche, vamos a hablar de muros. Después De Todo, se llama ésto.

Luego estuvo la entrevista con Luis D’Elia y Fernando Peña, y los videos pueden verlos en D'Elía habló, Lanata y Peña escucharon. <=Click

Notas relacionadas:
::Quijotadas::

jueves, 9 de abril de 2009

El país de cartón

Este es el país que construímos votando mal,
y tolerando que "ciertos sectores" se apoderaran del gobierno.

¿Continuaremos creyendo en las promesas de la corporaciones, la patria sojera, los Macri, las Carrió, los Duhalde, los Cobos, los Menem, las vedetongas?

¿Ayudamos al gobierno electo para "que todo sea como está mandao, y que no mande nadie" como dice Serrat?

¿Que modelo de país queremos? ¡¡¡Votemos bien!!!
O no nos quejemos luego si "los marginados" no nos permiten gozar de "nuestras posesiones"

Diaporama remitido por Jordi Nadal
a quien agradecemos.

Notas relacionadas: (Se recomienda "Abrir en ventana nueva").
Lanata, Fernández y DDT, Razones y memoria para no votar a Prat Gay (Colisión Cínica), Empresarios investigados por lavado de dinero,

domingo, 5 de abril de 2009

Alfonsín; Controversias

A favor o en contra pero, muchisisísimos, buscaron "figurar" en la despedida de Raul Alfonsín.

No hace falta mencio-narlos, pero -creo- solo faltó "el nefasto" con un discurso similar a lo de las plataformas espaciales.

Aplaudieron.
¿Que aplauden en un momento de recogimiento?
Los actores lo hacen y tienen una buena explicación: Es la "representación final" del fallecido.

Fuera de esa área, se APLAUDE una buena disertación, una cita impecable o una propuesta, como demostración de coincidencia, bienaventuranza, apoyo o alegría.

¿Que carajo apludían en la despedida a Alfonsín?

Notas relacionadas: (Se recomienda "Abrir en ventana nueva").
Epitafios, Último escrito de Alfonsín, Estamos de duelo, Murio Alfonsin, un día triste,el video...